viernes, 1 de abril de 2016

SON LEYENDA, MICHAEL ROBINSON, UN INGLÉS CON AIRE TORERO, QUE MARCÓ UNA ÉPOCA EN OSASUNA Y LUEGO EN CANAL PLUS COMO COMENTARISTA



Michael Robinson (Leicester, Inglaterra) 12 de julio de 1958.Tiene, pues 57 años de edad. Fue un futbolista goleador y después un presentador y comentarista deportivo. Reside en España desde finales de los años 80 donde goza de gran popularidad.

DEL LIVERPOOL A OSASUNA
Una carrera brillante
Su carrera como futbolista comenzó en el Preston North End y en el Manchester City. Era un fuerte delantero que se hizo famoso tras pasar al Brghton Hobe Albion,  equipo que fue finalista en 1982-83 de la Copa Inglaterra.
Tras su paso por estos clubes, Robinson recaló en el Liverpool Football Club, que tuvo que pagar  250.000 libras al antiguo equipo del delantero. En esta primera etapa Michael consiguió la Premier League y la Copa de Europa. Aunque comenzó como jugador reserva, su suerte cambia y empieza a ser titular en grandes partidos como el que le enfrentó contra uno de sus mayores rivales, el Chelsea Fooball Club, al que en los cuartos de final de la FA Cup Robinson metió un gol que dio la victoria a su equipo en casa de unos de sus eternos rivales.
Un año más tarde ficha por el equipo español  C.A. Osasuna al que también llegó uno de sus grandes amigos en el Liverpool, Sammy Lee. Aunque no jugó nunca en el Cádiz siempre se mostró simpatizante del equipo andaluz, del que fue consejero y asesor deportivo.1 El club puso su nombre a su escuela de fútbol.

Como presentador



Tras su retirada del fútbol profesional comenzó su etapa como comentarista deportivo, con las retransmisiones de los partidos del grupo F, en la fase previa del mundial de Iatañia 90 en telvisión, junto con el periodista Luis Fernández. Su estilo desenfadado motivó que continuara con su labor de comentarista y presentador el Larguero y después en "El Día después" de la cadena de pago de televisión española Canal Plus, espacio en el que se mantuvo desde 1991 hasta la retirada del programa en 2005. También colaboraba en las retransmisiones de la Liag española para esa cadena. Posteriormente presentó un programa sobre el Mundial de Alemania 2006.



Gana más dinero ahora que como jugador

Además de trabajar en Canal+ en un programa en abierto, ha trabajado en la cadena del mismo grupo empresarial para Ciuatro, en esta última cadena trabajó brevemente en el programa "Maracaná 06", un programa con un tono totalmente diferente a El día después lo que motivó que abandonase rápidamente el programa. El grupo Prisa utilizó su réplica en muñeco ded latex para presentar "las noticias del guiñol", y puso su voz para el personaje "Hermana Fea" en las películas de animación.
Actualmente trabaja en el programa "Infome Robinson", en el que analiza la historia del fúbol, anécdotas y posibles grandes promesas.  También colabora en la tertulia de deporte de los lunes en el programa "Hoy por hoy"de la Cadena Ser, además de tener un breve espacio en los deportes de Cuatro. También es uno de los impulsores de un intento de liga profesional de  rugby en España. En 2014 trabajó como comentarista para el canal mexicano TDN durante la Copa Mundial de Fútbol.

 “Para el fútbol no basta el talento, también hace falta talante”

No necesita demasiada presentación Michael Robinson. Estupendo delantero en los ochenta, campeón de Europa con el Liverpool, terminó su carrera en Osasuna y decidió quedarse en nuestro país. Sus habilidades como comunicador y su conocimiento del fútbol le abrieron las puertas del grupo Prisa, donde fue el alma de “El Día Después”, quizá el mejor programa deportivo que se haya hecho en España. Actualmente compagina sus labores como comentarista en el Plus con la productora que ha puesto en marcha, Robinson Productions.


No podían tener coches de lujo




Había una cierta pobreza en esta época. Recuerdo, por ejemplo, que estaba prohibido tener un coche ostentoso. Robbie Fowler se compró un Ferrari en cierto momento, y le obligaron a devolverlo. No podía llevar ese coche.
o invadimos otros países, pues le cuesta más. Y un inglés de la calle, convencido desde la cuna de que su país es el más democrático (ojo, la clase política sí es muy buena), jamás va a ser consciente de la parte negativa de todo esto. Parece que pensamos a veces qué sería del planeta sin nosotros.
¿Cúal crees que es el nivel real de la Premier League?
Las broncas que yo tengo sobre cuál es la mejor Liga… Me acuerdo estando en Cerdeña con Vinnie Jones y unos turistas, empeñado él en que la inglesa era sin duda la mejor. Claro, después de leer el Guardian, el Times, todos los periódicos, ver la BBC… ¿Quién va a dudar de eso? Somos los inventores. No se han dado cuenta de que en quince años de Premier League, la Liga de las Ligas, ha ganado una Copa de Europa el Manchester en el último minuto y una UEFA el Liverpool contra el Alavés. Y antes de la Premier era extraña la temporada en que no se ganaba algo en Europa. Somos la crème, pero no ganamos a nadie, Mientras tanto, España ha ganado casi todo. Pero bah, son españoles, un buen lugar donde ir de vacaciones…



¿El nivel medio del club inglés es mas bajo que el español?
Depende de en qué. Hay gustos futbolísticos… Todo depende. Puedo comparar sobre los clubes, y un club inglés de perfil bajo habitualmente está, como club, a un nivel altísimo. Cuando el Barcelona consiguió en el 92 la copa de Europa, el Southampton, que se había salvado en el último minuto de no descender, ganaba sólo cien millones de pesetas menos que el campeón de Europa. Bakero fue de prueba al Middlesbrough y le asombró el respeto con el que se hablaba al entrenador. La profesionalidad deportiva, los modales o la deportividad están a miles de años luz de España.  Un joven futbolista entra en la profesión, los padres le despiden con 16 años y cuando salen recogen un hombre. Eso es enseñanza.
¿Tú crees que eso se sigue manteniendo con la llegada de tantos extranjeros a la Liga inglesa?


En gran medida sí. Hablaba de esto con Poyet, cuando fue al Chelsea. A él le llamaban “la radio”, porque no paraba de hablar. Yo le hablé del Sindicato de Futbolistas, cómo cuidaba a los suyos. Era pecado fingir una falta. El Sindicato tenía informadores en todos los campos. Si un futbolista fingía un penalty, durante una semana era considerado persona non grata. Si reincidía, permanecía en esa lista negra, y recibía una multa. Si reincidía de nuevo, la sanción económica era durísima. Estábamos una vez cubriendo un Southampton-Tottenham, iban perdiendo los visitantes, y Nayim, spur por aquella época, se tiró. Y viene su capitán Gary Mabutt corriendo, y habla con él un rato. Termina el partido, y fuimos al bar de los jugadores. No es una sala de prensa. Los dos equipos van a tomar algo juntos, y yo conseguí una entrada. Es un ritual, si soy delantero centro, invito a una cerveza al central que me ha marcado, que viene con su familia, y charlamos un rato. Y allí nos enteramos de la bronca que le ha echado el capitán a Nayim: “¡Esto no se hace! ¡No se engaña al compañero!” “Pero no es un compañero, es un rival”. “No, es un compañero, el también está dándole de comer a sus hijos con esto”.




CON BOBBY CHARLTON  DE  ENTRENADOR

Bobby Charlton, fue mi entrendor cuando yo tenía 15 años y te enseñaba los valores; tocarla un poco y sí, vale, pero se centraba en valores humanos. Porque si no eres un hombre de verdad, algo acabará fallando. Habrá momentos en los partidos, la temporada, la convivencia, en que no será suficiente el talento, hará falta talante. Y por eso los chavales cuidan la equipación de los veteranos, y hacen los recados, limpian el estadio…
Vi un día por la ventana a mi hijo en la calle jugando al fútbol con unos amiguetes, y se tiró sin que nadie le tocase. Le grité “¿Qué haces? ¡Levántate! ¡Esto no se hace!” Y me contestó: “¡Si lo hace Stoichkov!”


¿Los arbitros son menos dialogantes en España?
Es posible, pero es porque el árbitro sale a la defensiva, con todo el mundo engañándole, insultándole… Es imposible que respete a los jugadores de ese modo. Siempre se le echa la culpa, se planifica la trampa contra ellos… Jugaba yo en Osasuna, cuando acababa de llegar Sammy Lee, y me viene Zabalza, el entrenador y me dice “Te hacen ocho o nueve penaltis por partido, tienes que tirarte”. Y yo respondo que el penalty es un derribo, no un contacto, y que no pienso tirarme en el área. Sammy, que aún no hablaba español, me vio bastante alterado y me preguntó qué ocurría. Yo se lo expliqué, y Sammy dijo: “Si hay que hacer eso, dígale al entrenador que se busque otro nueve y otro ocho”. Y así se lo dije a Zabalza. Yo he ganado una Copa de Europa sin hacer trampa alguna. Prefiero entrenarme a dedicarme a engañar a los árbitros, no me sobra el tiempo.. Creo que nunca le he hablado mal a un colegiado, y por eso los ellos me consideraban un caballero. Yo me concentraba en el partido, y además, por mucho que protestes, no puedes cambiar nada.




EL CÁDIZ, SU SEGUNDO AMOR
¿Y cómo una persona con mentalidad británica del fútbol se hace hincha del Cádiz?
Eso es otra cosa. Cuando en el 87 yo aún jugaba en un Osasuna que era penúltimo, el último era el Cádiz, pero último último, vamos, que su nombre salía en la otra página del periódico. El Cádiz sólo había ganado dos partidos esa temporada. Era la liga del playoff, y en él el Cádiz seguía sin ganarle a nadie. Pero coincidió ese año que se decidió una reestructuración y sólo descendería un equipo. El presidente Irigoyen estaba en la LFP, y argumentó que si el Cádiz hubiera sabido eso, no se hubiera descolgado desde febrero. Asi que se jugó otra promoción, entre los tres últimos del playoff. El Cádiz tenia en aquella época a Mágico, que era increíble, y entre unas cosas y otras, y aunque era enemigo en la lucha, el equipo me resultaba simpático me resultaba simpático. Jugamos la promoción contra ellos y el Racing. El Cádiz empato en Santander y nosotros le ganamos al Racing, así que el Cádiz permaneció. Y yo pensaba: “En Cádiz saben algo que no sabemos los demás. ¡Cómo han podido salir de ésta!” Así le cogí cariño al equipo, al público… Y luego, año tras año, se salvaba en los últimos cinco partidos, un milagro. Me hice aficionado, después socio, más tarde accionista, y como lo sacábamos tanto en el Día Después, me dieron la insignia de oro y brillantes del club. También me involucré en una asociación benéfica de Cádiz, y cuando el equipo se vio con el agua al cuello, no tuvimos más remedio que echar una mano para salvarlo.


¿Y cómo os encontrasteis aquello?
Pues mira, por ejemplo, en la secretaría técnica sólo había dos videos. ¡Y uno de ellos era del Mundial 82!. No había ni línea telefónica… Era tremendo.
Yo siempre intento ser políticamente correcto y a la vez decir lo que pienso; la economía de la verdad, que se llama. Cuando conseguimos ascender, yo era directivo de Canal Plus y directivo de un equipo de Primera, y pregunté a un periodista amigo si esa situación podría ser problemática. Me contestó que un mal pensado podía pensar que había un conflicto de intereses. Y yo, por ejemplo, nunca he sabido por Canal + ningún tipo de datos de ingresos de televisión ni nada parecido. Pero yo sentía que tenía que elegir entre una de las dos cosas, así que contra lo que todos pensaban, dejé la directiva de Canal Plus. Y a veces hasta me afectan las derrotas del Cádiz (y del Liverpool) a la hora de retransmitir el partido del Plus. Me pongo de un mal humor…



Menotti dijo de Robinson que si le centraban un cochinillo en el área era capaz de rematarlo de cabeza...
Yo era un delantero cuya máxima virtud era el juego aéreo y me gustaba. Lo que pasa es que en España el fútbol que se jugaba era siempre por el suelo y era extraño encontrar a alguien que dominara el juego aéreo. Pero incluso hoy en día el fútbol español tiene grandes carencias en defender ese tipo de juego. El doblete del Atlético de Madrid de hace unos años se basó en juego aéreo desde balón parado. Yo era un tipo atípico.
Pero su llegada también fue atípica.
Salí del Liverpool para fichar por el Queen’s Park Rangers, pero ahora me doy cuenta de que fui injusto con ese club porque lo estaba comparando siempre con el Liverpool. Por eso al final de mi tercera temporada allí hablé con el entrenador para pedir mi salida, porque quería jugar en el extranjero.
¿Por qué?
De alguna manera, el fútbol me había robado mi formación. No había podido, por ejemplo, ir a la universidad. Evidentemente, yo quería jugar a fútbol, pero también tenía algunas inquietudes intelectuales y el fútbol podía compensarme jugando en otro país: vivir en el extranjero, conocer otro idioma, otras costumbres, otra cultura…




Y eligió fichar por el Osasuna.
Sí, y era la peor de todas las ofertas que tenía, pero en ese momento no quería decidir en función del dinero, sino que quería jugar mis últimos años en un lugar en el que me sintiera apreciado.
De hecho, aún le aprecian por allí.
Sí, bueno, aunque hay algún osasunista celoso de mi amor por el Cádiz.
Pero ¿por qué el Cádiz?
Porque Cádiz tiene duende. Es la única ciudad occidental donde el capitalismo no es la ley. Ser rico es incluso una desventaja. Se vive según unas reglas diferentes. Y, aunque pueda sonar a estereotipo, mientras que en otras ciudades de Andalucía son “graciosos profesionales”, esto es, intentan ser graciosos, como en Sevilla, en Cádiz lo son sin esfuerzo.
¿En Cádiz ha aprendido castellano?
A mí me cuesta alrededor de un día y medio acostumbrarme al acento de allí. Pero me han enseñado que la frase “es lo que hay” sirve para cualquier circunstancia.
Es decir, que de Cádiz le gusta todo.
Sí, me gusta la ciudad, me gusta el equipo de fútbol, me gusta cómo afrontan la vida los gaditanos… me fascina. Pero el problema es que a veces me tratan con demasiado cariño y entonces me siento incómodo.




Pero aún lleva al Liverpool en el corazón, supongo.
Sí, mi club es el Liverpool.
¿Realmente es cierta la mística que hay alrededor de ese club? ¿Se percibe también cuando se está en él?
Sí. El estadio, por ejemplo. Anfield no es muy grande, pero puedes estar sobre el césped con un compañero a cinco metros y tienes que gritar porque el ruido es espectacular. Y cantan, cantan mucho y bien. Yo no he conocido un “chantaje moral” similar al que se vive cuando se juega en Anfield. La afición te ama. 
Eran un alivio para los ciudadanos.
Claro, siendo el fútbol el deporte más tribal que hay, los colores, las bufandas, te identifican con el colectivo. Y nosotros queríamos que estuvieran tan orgullosos de nosotros como nosotros lo estábamos de ellos. Era una relación romántica. Y además daba la casualidad de que, a pesar de tenerme a mí, aquel Liverpool ganaba y fue el mejor equipo del mundo.
Hay otro capítulo más oscuro del Liverpool, lo que pasó en Heysel. A raíz de aquello los clubes ingleses fueron sancionados con 8 años, y el Liverpool indefinidamente. ¿Fue una sanción exagerada?
Creo que nos lo habíamos merecido. Era intolerable que, tras un partido de la selección inglesa, destrozáramos la ciudad donde se había jugado. Liverpool tenía la fama (y aún hoy) de tener la mejor afición en el campo: aplaudiendo a los rivales, animando al equipo… pero pasó lo de Heysel y fue la gota que colmó el vaso de la paciencia con los clubes ingleses.




"PUNTO PELOTA" SE DEDICA A CRISPAR
Usted compartió programa con Josep Pedrerol. ¿Cómo valora que ahora haga un programa que podría ser completamente opuesto al que usted hace (Informe Robinson)?
Yo ya le he dicho alguna vez que él hace el Salsa Rosa del fútbol. Y no creo que Punto pelota haga ningún favor al fútbol, porque se dedica a crispar y devaluarlo, aunque a Pedrerol lo quiero con locura, es de los mejores compañeros con quien he trabajado… pero el programa no me gusta. Son discusiones con mal estilo.
¿Le gusta la deriva que está tomando el fútbol en TV?
Cada uno puede hacer lo que quiera, pero yo abogo por una regulación de la televisión, y no me refiero a censura. Es que España es el único país de Europa que no tiene una reguladora.

Y usted, de qué equipo es, ¿del Madrid o del Barça?
De ninguno: del Liverpool. Pero eso no hace que no pueda admirar la belleza de otros equipos y el mejor equipo que he visto en mi vida ha sido el Barça. Y eso no me hace culé, porque lo diría igual si fuera el Madrid, el Valencia o el Sevilla.

¿Cuál es el secreto del Barça?
Pues que se juega sólo con un balón y por muy buenos que sean tus jugadores, si no tienen el balón porque lo tiene el Barça, poco vas a hacer. Tras el 5-0 de esta temporada,.
¿Cuál es el himno del fútbol español que más le gusta?
El del Sevilla, de El Arrebato, me gusta mucho. Y me sorprende, porque es nuevo. Pero en Inglaterra, por ejemplo, hay muchos equipos que no tienen himno. El You’ll never walk alone no es el himno del Liverpool. También lo cantan en el Celtic, o muchas hinchadas en Alemania.
¿Le gusta el rugby?
Sí, creo que es el deporte de equipo por excelencia.



LA TELEVISIÓN LE SEDUCE



Si no hubiera existido el fútbol, ¿a qué se habría dedicado Michael Robinson?
Lo mismo que hago ahora: habría querido escribir programas de televisión. Cuando dejé el fútbol mi primera idea era ir a la universidad a estudiar historia del arte. Pero un día, jugando a cricket, un compañero me presentó a su jefe, que era de Sky TV y quería patrocinarme. Me quería pagar mucho dinero por estar dos años sin hacer nada viviendo en Düsseldorf, Amsterdam, Zürich y Denver para que aprendiera a hacer televisión. La televisión me seduce: me ha hecho llorar de pena, de felicidad, reír mucho, me cuenta las historias más terroríficas, me da las mejores noticias: no es la caja tonta, es la caja mágica.
¿Cuál es su profesión?
No lo sé. No soy periodista deportivo, pero tampoco me considero un productor de programas de televisión. A veces, cuando tengo que rellenar un formulario y pone “Profesión” me pregunto si debería poner “Jeta”, pero acabo poniendo “Director de televisión”. Aunque la verdad es que no sé qué profesión tengo. Soy muy afortunado: he cumplido 57 años y no he dado un palo al agua nunca. Lo que hago no lo considero trabajo. Por eso no sé cuál es mi profesión. Lo que intento es hacerlo lo mejor posible para no decepcionar a esa gente que me han concedido un par de minutos de su vida para que les enseñe lo que he hecho. Me considero muy profesional, pero no sé de qué. Y también te digo que no me preocupa, cosa que creo que es buena para el karma.
Una llamada en inglés le cambió su vida. En el destino al que le enviaban se hablaba español y él no sabía ni una palabra. "Michael, un equipo español quiere ficharte" le dijo su entrenador al otro lado del teléfono. Cruzó el océano Atlántico hacia una ciudad de la que no había oído hablar nunca y un idioma que no había estudiado jamás. Tan solo sabía jugar al fútbol. Pero su éxito fue tal en el mundo del deporte y el periodismo que se quedó a vivir en España.
En estos días se cumplen 32 años desde que el exfutbolista y periodista Michael Robinson pisara España por primera vez para jugar en el Osasuna (Pamplona). En aquellos años, ni en Inglaterra se aprendía español ni en España se enseñaba inglés de forma eficaz ni generalizada. Excepto algún profesor de inglés con el que se cruzó y el profesor de squash con el que jugaba, nadie entendía la lengua materna del recién llegado. “Mi compañero Iñaki Ibáñez quería aprender inglés. Algunos lo estudiaban pero no era lo común”, cuenta el periodista de su etapa como futbolista.



MI ACENTO ES UNA SEÑA DE IDENTIDAD 

Poco a poco, Robinson fue aprendiendo palabras pero asegura que “aun” continúa aprendiendo el idioma. Tiene vocabulario, conoce los tiempos verbales y sabe estructurar las frases pero su acento le sigue delatando. Éste es, precisamente, su signo diferenciador. Aun hoy, y tras 20 años como comentarista en Canal +, recuerda perfectamente su primera temporada. “Era como un juguete y gustó mi acento”, dice el exfutbolista. Tanto es así que entonces le dijeron que lo mantuviese. Para "oxidar" su inglés y no aprender más español, le pidieron que no se fuera a Marbella a veranear, sino a Inglaterra. “Me pareció extraño que quisieran eso”, asegura dos décadas después pero aclara que no solo les llamó la atención su forma de hablar, sino su visión: “tengo imaginación, miro las cosas desde otra perspectiva y eso no tiene que ver con mi idioma”.
Esta intuición es la que le ha servido para ejercer de periodista en España, a pesar de no dominar el idioma a la perfección. Su prestigio y fama han confirmado que el lenguaje es solo una herramienta. “Por mucha gramática que se sepa, si no le acompaña una intelectualidad o un sentimiento, el mensaje que se da queda huérfano”, explica convencido de que si se posee este olfato, se tiene una gran parte ganada. Su cercanía y simpatía hace que los clichés del ciudadano inglés se derrumben.
Con más de 30 futbolistas españoles dispersos por los equipos de la Premier League Inglesa, muchos se preguntan por la verdadera necesidad de hablar inglés. Algunos como Juan Mata, que habla inglés, cree que ayuda mucho para facilitar la comunicación con los compañeros y los aficionados. Robinson considera que no es una exigencia principal. Lo importante, dice, es que jueguen al fútbol. “Si el jugador no sabe nada del idioma, su estancia en el país puede ser una buena oportunidad para aprenderlo pero el fútbol es el idioma universal. Hay entrenadores extranjeros que no hablan inglés y aun así, se comunican con sus jugadores”, afirma.

UN TÍO LISTO, POPULAR Y SIMPÁTICO

Aunque es muy consciente de la crisis que asola tanto a su país natal como al de acogida, Robinson se muestra muy feliz y optimista en España. Vino buscando aprender un “modus vivendi distinto” y jugar al fútbol en un lugar en el que se sintiera “apreciado” y ha acabado enamorándose de España. “Los españoles se mueven por impulsos y emociones, no tienen predisposición de engañar y luchan por seguir adelante”, opina quien ha sido testigo de los cambios sociales, económicos y políticos del país en los últimos treinta años.
A día de hoy y con un gran respeto hacia nuestro país, el inglés trabaja sin parar. Su tiempo lo llena con su programa INFORME, ROBISON de Canal +, el espacio de deporte de Cuatro y las tertulias y su programa ACERTÓ ROBINSON, que hace en la Cadena SER. Pero el exfutbolista precisa: “todo el trabajo que hago tiene un acento pero es independiente del idioma y la fonética. Mi acento es una marca”, concluye al despedirse. Tras una conversación enteramente en español, se despide con un “okey”. Y es que a pesar de haber pasado toda una vida en España, mantiene su sello personal que provoca un interés especial por el inglés y el deporte.

TENÍA MEJORES OFERTAS PERO ELIGIÓ LA
 CIUDAD DE PAMPLONA AUNQUE TUVO QUE MIRAR EN EL MAPA PARA ENCONTRARLA

Jugaba en el Queens Park Rangers y estaba tomando una cerveza en un bar junto al Támesis. Su rodilla derecha ya no tenía la movilidad del 84 cuando fue campeón de Europa con el Liverpool. Pero entonces sonó el teléfono del bar y escuchó la voz de Jim Smith, su entrenador. "Sabía dónde encontrarte, Michael", le dijo. "Un equipo español quiere ficharte". Al llegar a casa, Robinson sacó un mapa de España y buscó la ciudad de Osasuna. No apareció por ninguna parte. Pero eso no impidió que, a la mañana siguiente, Michael Robinson (Leicester, 1958) aterrizase en Sondika, el entonces aeropuerto de Bilbao. Fue en enero de 1987 y no manejaba ni una palabra de español. Desde entonces, han pasado 25 años, toda una vida.
En aquel Osasuna nadie hablaba inglés. Y en su primer entrenamiento, Robinson optó por imitar a los demás. Y se dio cuenta de que esto no era como en Inglaterra. El vestuario rezaba oraciones antes de los partidos y Zabalza, el entrenador, tampoco parecía un hombre de una ambición excesiva. A Robinson le pidió lo que jamás le habían pedido en Inglaterra. Fue en su primer partido en La Catedral. "Cuando suba Andrinua para los córners le dijo, tú bajas a defenderle. No lo olvides. Es muy peligroso en el juego aéreo".
"No soy efusivo ni complaciente. Soy diáfano" 
Robinson aprendió rápido sus primeras palabras y no tardó en salir de El Sadar a gritos de "¡torero, torero!". Se sintió como un Beatle en Pamplona, que apreció su importancia e, incluso, Zabalza le pidió consejo: "¿Tienes alguna idea para una nueva jugada a balón parado?". En realidad, Robinson era un hombre con dolores en todas partes. "Un abonado de los quirófanos", decía él, que había sido operado de tres fracturas de cráneo, tenía descolgado el tobillo y las rodillas (sobre todo, la derecha) hechas una pena. Pero aun así su ambición siempre pedía guerra. Después de un partido en Gijón, le irritó la resignación de sus compañeros y se fue a tomar unas cervezas por la noche. Cuando Zabalza le rebatió ("no sé si sabes que es muy malo tomar alcohol después del esfuerzo"), no se lo consintió de ninguna manera: "A mí no me ha sentado mal en los últimos 13 años".


FERMÍN EZCURRA, UN CONFORMISTA ENFERMIZO

Robinson era un tipo especial que conocía a "futbolistas, que dicen ser grandes deportistas de lunes a sábados, pero muchas veces van ausentes a los domingos". Aun con todas sus penas físicas, Robinson seguía siendo un inconformista que no entendía al presidente Fermín Ezcurra: "Cuando llegué a Osasuna, me dijo que eran humildes: y yo vi el estadio, Tajonar, las piscinas... Para mí era un club grandísimo, pero con un conformismo casi enfermizo". Y puso de ejemplo al Liverpool, al que ya definía como "un equipo pequeño con una camiseta muy grande".


ÉL SABE QUE EN LAS CABINAS DEL SADAR
 LE HAN GRITADO "TRAIDOR"

Han pasado 25 años y Robinson ya no vive en Pamplona. Ahora, aprovecha el periodismo para contar historias y reivindicar su derecho a la crítica. "No soy efusivo ni complaciente. Soy diáfano". Pero el espíritu de Osasuna no ha cambiado. Incluso, Robinson ha llegado a juzgarlo como "un club grande con un conformismo casi enfermizo". Y sabe que no gusta y que en las cabinas del Sadar le han gritado "traidor". Pero él sigue pensando en la grandeza de Osasuna, ajeno al vértigo de un equipo.

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